Un correcto funcionamiento de los equipos de impresión implica un cuidado diario, semanal y mensual por parte de los usuarios y personas encargadas de los mismos.
Esta guía se ha hecho en base de las indicaciones de los fabricantes de maquinaria de impresión digital.
Cabezales de impresión - Mantenimiento y sustitución
Existen cabezales de impresión de todo tipo, tamaño y forma y los fabricantes ofrecen una garantía que puede variar de un mes a un año en función del tipo de impresora y del propio fabricante. Como resulta costoso cambiarlos, es importante dedicar tiempo a su mantenimiento. El uso diario da lugar a la acumulación de exceso de rociado dependiendo de la altura del cabezal utilizado; esta acumulación, unida al tipo de soporte empleado y al entorno, atraerá partículas a la superficie del cabezal.
Mantenimiento del cabezal
Todas las impresoras permiten realizar tareas de mantenimiento del cabezal y deben hacerse a diario utilizando un disolvente de enjuague suave y bastoncillos sin pelusa. Dedique tiempo a limpiar no sólo la superficie, sino también los bordes. Cuando los cabezales no se utilizan de manera habitual, es posible que cueste dejarlos de nuevo a un nivel aceptable, sobre todo en el caso de tintas disolventes y UV. Si es posible, procure realizar a diario pruebas de impresión sencillas que requieran todos los colores o, si acaso, impresiones para uso interno.
Si no se va a utilizar la impresora durante una semana aproximadamente, lo mejor es enjuagar bien los cabezales y dejarlos con solución de enjuague. Si esto no es posible, empape un paño que no deje pelusa en un disolvente suave y colóquelo en el módulo de protección antes de taparlo, si es posible; si no fuera posible, puede resultar útil sujetar los tubos del módulo de protección y colocar un disolvente suave en los propios protectores antes de cubrir los cabezales. En la imagen se muestran pinzas sujetapapeles normales, pero hay todo tipo de pinzas.
Los cabezales térmicos y piezoeléctricos se deterioran; en el caso de los cabezales térmicos, el elemento calefactor puede fallar ya que se activan y se desactivan cientos de miles de veces. En el caso del cabezal piezoeléctrico, las características del cristal varían con el tiempo; estas dos acciones se traducen en un deterioro de la calidad.
Existen otros factores, como son el entorno y los residuos en el soporte, que pueden provocar problemas de calidad, por lo que resulta de gran importancia llevar a cabo el mantenimiento preventivo de fábrica a diario o mensualmente y, si se realiza cuando surgen problemas de calidad, servirá para diagnosticar dónde radica el problema.
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